HECHOS PARA BLASFEMAR

No podemos ocultarlo, no podemos esconderlo. Por mucho que no queramos, la mayoría de nosotros somos blasfemos por naturaleza. Esto explica que cuando vemos hombres cargando un trono nos vibre la lengua, la mente cruja de ideas blasfemas y tengamos que retenerlas pillando los labios entre los dientes, mientras sentimos los latigazos en el interior de la boca y la tensión de las cuerdas vocales que se marcan en el cuello; pero no podemos, no podemos impedir escupir las palabras que conforman una injuria sobre el tema, y tenemos que decir cosas como:
"Jesús es un peso enorme para ellos", "La cabalgata de la mentira" o "Dios los libre de sufrir
tanto"...
... entonces ya es muy tarde para el arrepentimiento.

Y es que hay cierta tensión entre la seriedad religiosa y el cinismo ateo. El ateo tensa la cuerda del arco con la flecha de la blasfemia, no hay mayor verdad, ni siquiera la de Dios lo es.
Si al cristiano la fe no le impide bromear sobre Dios o sobre su religion misma, ese es sin duda un cristiano tolerante.


Extrapolemos esta cuestión a otros campos, pues resulta interesante ver como toda cosa tratada demasiado en - Rezar puede ser pecado
serio desprende la miel que el oso procaz tiene que lamer.
La seriedad es la responsable de la existencia del humor igual que la muerte la es de miles de chistes. La muerte es, sin duda, tan divertida como Franco, Hitler,la peste, el cambio climático y
por encima de todo, Dios.

Antes dí un ejemplo de Cristiano tolerante, pero siendo más genérico, el hombre que rie con el humor negro también lo es.
¡Qué bello es el humor negro! ¡Y qué incomprendido! Si una persona muere porque le cae en la cabeza el mojón de un perro congelado desde un sexto piso, ¿porqué no reirse de esta desgracia? Esta noticia está pidiendo una broma a gritos. Una broma que, el mismo que blasfemó ante una procesión no puede, igualmente, retener. El más avispado puede que diga:
"¿Pero qué era lo que estaba congelado, el perro o la caca?". La gracia de esta trágica, trágica muerte no es la puntería del perro o de la "mierda de muerte" que le sucedió a ese inocente paseante, sino el absurdo de la situación en sí.
Por cierto, que el absurdo es también un incomprendido por las mentes cortas o demasiado racionales. No todo es lógico y explicable, es más, casi nada es lógico y explicable.

Lo cierto es que ateos, agnósticos y creyentes, asesinos y héroes, profesores y alumnos, científicos y psicólogos, filósofos y cuerdos, negros y personas en general, todos disfrutan del humor, ya sea de mujeres o bueno; porque nadie puede resistirse a una blasfemia ingeniosa o a una desgracia divertida. Junto a los judíos, el hombre es el único animal que rie, que siente la necesidad de mofarse ante un asunto grave y encima sentirse bien.

¿No es tan cierto como que los alemanes son rubios?

(Unamos los colores para divertirnos)